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jueves, 4 de diciembre de 2014

SABER DIALOGAR O DISCUTIR...

La Discusión Fructífera
El objetivo de una discusión es el entendimiento mutuo. La palabra discussion en inglés tiene un significado positivo y hace referencia a un debate fecundo que persigue el intercambio de ideas y un acuerdo mutuo. Pero inevitablemente nuestro inconsciente suele asociar esa palabra a una confrontación, disputa o enfrentamiento.
En una discusión debería prevalecer una voluntad    sincera desde ambas partes para acercar posiciones, hacer concesiones y llegara a un entendimiento, gracias a un diálogo fructífero en un clima de consenso recíproco.
Se trata  de escuchar reflexivamente, mostrar reconocimiento, apoyo y comprensión hacia el otro. La ira y el enfado, hermanos del miedo y compañeros impetuosos de viaje, tienen una gran fuerza destructora. Por eso, antes de que el fuego prenda o cobre fuerza, conviene extinguir las brasas de irritación que pueda haber. Discutir sin enfadarse es un amuestra de empatía y respeto y es la llave para crecer y vivir en plena armonía con el prójimo.
Estar en posesión de una única verdad, la nuestra, nos obliga a menudo, en el transcurso de un enfrentamiento, a intentar imponer nuestros puntos de vista. No reaccionar con aversión frente a las ideas de los demás es una de las formas más sencillas de vencer el apego a las propias. Aceptar las ideas de los otros no supone abrazarlas ni reconocerlas.
Esa actitud valiente y honesta que acepta las creencias y los pensamientos ajenos forma parte de la asertividad. Quién es asertivo defiende sus ideas y sentimientos sin intención de herir o perjudicar, y escucha dejando de lado los prejuicios. Porque un requisito para dialogar con os demás es cscucharlos sin resentimientos. ANNA TIESSLER

Las disputas estériles. “ La mayoría de las discusiones solo sirven para aumentar los malentendidos”, afirmaba el escritor francés André Gide, que consideraba de este modo que al final de una discusión no solo no hay un triunfador sino que se aplaza la resolución del problema, cuando no se hace aún mayor por culpa de la animosidad que se sucede tras un reproche.
REVISTA CUERPO MENTE Nº 271